En Canarias se producen algunos de los vinos más singulares del mundo. Al ser una región que se mantuvo libre de la plaga de la filoxera, se conservaron decenas de variedades que desaparecieron del resto del planeta.
Ahora son autóctonas y endémicas, y ofrecen sensaciones únicas en el paladar. El excelente clima, el suelo volcánico y el cuidadoso cultivo de los viticultores hacen el resto en los viñedos de Canarias.
Disfrutar de estos apreciados y premiados vinos es toda una experiencia, fruto de una región única.
De los 7.493 km² de territorio del archipiélago canario, 6.757 hectáreas se dedican al cultivo de la vid en las siete islas mayores.
Ocupan diferentes estratos climáticos, que van desde las proximidades del nivel del mar hasta altitudes de casi 1.700 metros en las zonas más montañosas, y los viticultores de las islas miman y cuidan casi un centenar de variedades de uva diferentes, las primeras de las cuales llegaron aquí hace más de 500 años.
Las primeras variedades de vid que se cultivaron fueron traídas por monjes, exploradores, conquistadores, comerciantes y colonos europeos tras la conquista de las Islas en el siglo XV. Las primeras noticias que tenemos de su introducción en Canarias hablan de la "vid de Aníbal", en Fuerteventura. Esta vid, que se plantó entre 1402 y 1412, recibió el nombre de Aníbal, hijo bastardo del conquistador Gadifer de La Salle.
Otras fuentes hablan de la plantación de la primera vid en Tenerife en 1457, por el portugués Fernando de Castro, y en El Hierro, en 1526, por el inglés John Hill.
En el siglo XIX, la introducción de vides con filoxera procedentes de Estados Unidos provocó una plaga en toda Europa que devastó los viñedos del viejo mundo.
Esto provocó una drástica reducción de las variedades de uva, que sólo sobrevivieron en el archipiélago canario, región que se mantuvo libre de la plaga. Por eso se habla de cepas únicas en Canarias: las uvas proceden de viñedos extinguidos en otras partes del mundo.
Para producir vinos tan especiales, no sólo son significativos los 500 años de cultivo de variedades únicas. También están las mutaciones, los híbridos, la selección realizada por los viticultores y, naturalmente, l
a propia naturaleza volcánica del suelo y las condiciones climáticas de las Islas, que contribuyen a crear todo un microcosmos vitícola que se traduce en originalidad y propiedades singulares.
Además de poder degustar nuestros grandes vinos, vea en el siguiente articulo otras actividades turísticas interesantes para hacer en el archipiélago canario.
Algunas citas célebres hacen referencia a los vinos canarios, y en particular a las malvasías, en las obras de autores como William Shakespeare ("Enrique IV"), Walter Scott ("Ivanhoe") y muchos más.
Un hecho menos conocido es que los "vinos canarios" ayudaron a financiar la Guerra de la Independencia estadounidense.
La estrecha relación entre los exportadores irlandeses establecidos en Tenerife y algunos de los Padres Fundadores de los Estados Unidos (el financiero Robert Morris y el político y diplomático Benjamin Franklin) está recogida en numerosos documentos.
Estos revelan cómo e
l comercio clandestino de los prestigiosos vinos canarios de la época fue utilizado por Morris y Franklin para financiar la guerra de las Trece Colonias contra Inglaterra.
Las denominaciones de origen de los vinos canarios son once: una es regional (Vino de Canarias), varias son insulares (El Hierro, La Palma, La Gomera, Gran Canaria, Lanzarote) y el resto corresponden a zonas de Tenerife especialmente productivas en materia de vinos (Abona, La Orotava, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güímar e Ycoden-Daute-Isora).
Destacan, como variedades más conocidas y apreciadas, las dos Malvasías (volcánica y aromática), Listán blanco, Vijariego y Marmajuelo, para las uvas blancas, y en cuanto a las tintas, Listán negro, Negramoll, Vijariego y Baboso negro.
Estos vinos son originales por el carácter que les imprimen las variedades exclusivas, que destacan por su mineralidad volcánica, invitando a disfrutar de sus aromas, frescura y acidez.
El paisaje de los vinos canarios es el de una producción vitivinícola heroica que va de un extremo a otro del archipiélago, desde el asombroso paisaje de cenizas volcánicas de La Geria (en Lanzarote) hasta las reliquias de viñedos aún por descubrir y catalogar, en medio del bosque de laurisilva del Valle de El Golfo (El Hierro).
Entre medias, todo un abanico de paisajes esculpidos por la acción del hombre, convirtiendo llanuras desérticas o montañas escarpadas en parcelas de cultivo de la vid en condiciones extremas, tanto para la propia planta como para quienes cuidan y recogen sus frutos.
Tintos, blancos, rosados, dulces y espumosos en diferentes producciones, y con el máximo respeto a la materia prima, se consumen en las propias Islas, pero también en países de un lado a otro del planeta, donde se exportan: desde Estados Unidos a Japón y China, con numerosos países de Europa entre medias.
Su participación en los principales concursos internacionales de vinos siempre arroja un importante botín de premios.